domingo, 16 de octubre de 2016

MEDIA NARANJA

No sé a vosotros, pero a mi cada vez que me dicen que no desespere, que un día encontrare a mi media naranja, me entran los siete males.

Que cosa más antigua eso de buscar a alguien que te complete, que te rescate como si estuvieras en peligro.

Que yo estoy enterita, que no nací el día en el que te conocí, ni me moriré cuando te vayas, que no me venga nadie cortado por la mitad que me da yuyu.

Si aprovecháis una lluvia de estrellas para pedir un deseo, que no sea una mitad.


Da igual que sean peras, manzanas o papayas tropicales, pero por favor que sean enteras,  porque media naranja nunca dio zumo. 

domingo, 9 de octubre de 2016

CARTA DE AMOR

Todos afirmaron siempre que eras lo que necesitaba, lo único que podía hacerme feliz, pero yo pensaba que no eras suficiente.

Tantas veces he tratado de entenderte, me he frustrado, me has alejado de ti…

Sabia que eras tú mi constante, la solución a todos mis problemas, pero no quería reconocerlo.

Poco a poco te has ido acercando y abriendo más a mí, aun cuando yo seguía buscando cariño en brazos de otros, personas que no podían quererme ni la mitad que tú, y así encontraba decepciones una y otra vez.

Se interpuso mil veces la distancia, tuvimos grandes diferencias y discusiones, y con mirada tímida volvíamos a fundirnos en un cálido abrazo.

Ya por fin lo entendí, después de tanto tiempo, ahora puedo verlo.

Tú eres para mí y yo soy para ti. Nadie más me va a decir las cosas que tú me dices, ni me va a abrazar tan fuerte como tú lo haces.

Nadie va a secar mis lágrimas de la misma manera, solo tú, solo yo.

Eres lo mejor que me ha pasado y has estado ahí toda mi vida.

Gracias por ser el motivo de mi felicidad.

Te quiero (Me quiero).

domingo, 2 de octubre de 2016

HUYO

Huyo. Huyo de mi y de todo lo que me rodea.

La huida es una constante en mi vida.

Huyo porque soy adicta al cambio, a empezar desde cero, a construir nuevos presentes, a sentarme sin acabar de acomodarme.

Huyo a nuevos lugares creyendo que me brindaran  aquello que busco incesantemente.

Huyo porque tengo miedo, miedo de la realidad y de la fantasia en mi cabeza.

Huyo porque quiero creer que quien soy depende de donde me encuentro, sin darme cuenta de que inútilmente trato de escapar del equipaje que siempre me acompaña, vaya donde vaya.

Ese equipaje que soy yo misma, por suerte y aun mas por desgracia.

Huyo porque me da pavor permanecer en un sitio mas tiempo del permitido para deteriorar todo lo que me rodea hasta que sea irreparable.

Huyo porque pienso que la próxima vez lo hare mejor, que será y sere diferente.

Huyo de quien soy, tratando de escapar de este cuerpo, y de esta mente que son cadena perpetua.


Huyo, y aun si mi sombra no deja de perseguirme hasta acuchillarme y abandonarme agonizando, seguire huyendo. 

domingo, 25 de septiembre de 2016

BUSCATE UNA LOCA

Búscate una loca, de las de remate.

De las que cuando piensas que ya no puede hacer algo más estúpido, va y te sorprende con algo inesperado.

Busca una chica que se ría a carcajadas, sin importarle donde se encuentra o quien tenga alrededor.

Esa que te cuente chistes malos y haga bromas tontas sin que puedas evitar reírte y no sepas el porqué.

Que cante por la calle con la música de algún coche e intente que tu también lo hagas.

Que baile bajo la lluvia sin preocuparse por su peinado.

Búscate una pesada, una tocahuevos, de las que juegan con tus puntos débiles o manías sabiendo que consiguen desquiciarte, provocando en ti una ganas locas de ahogarla, pero con abrazos.

Busca una irracional, humilde, sencilla y directa. Que llore, que grite, que tenga carácter. Que te monte numeritos pero los compense con muy buenas escenas.

Que no sepas como va a reaccionar, que tenga múltiples personalidades y consiga enamorarte con cada una de ellas. Y que solamente puedas hacerla callar con besos.

Esa chica que hará todo lo posible por sacarte una sonrisa en los momentos más duros, que te dará la mano y no te soltará hasta que esté completamente segura de que no pierdes el equilibrio.

La que no haga falta que te diga nada, porque con la mirada te lo dirá todo. Que te entregará todo desde el minuto uno sin pedir nada a cambio.
Búscate una chica con la que pierdas la noción del tiempo y del espacio, porque con ella sabes que estás en casa.

Búscate una loca, porque te querrá con locura.

domingo, 18 de septiembre de 2016

CREEMOS

Creemos que hemos visto el amanecer más bonito.

Creemos que hemos visto los ojos más sinceros.

Pensamos en ese día como el mejor, el único.

Pero de repente te levantas en otra cama y aquel amanecer que observaste queda completamente eclipsado por una mirada mucho más sincera que la que tu pensabas que lo era.

Entonces es cuando te das cuenta de que la vida continua, y que las pérdidas son necesarias para descubrir nuevos paisajes.

Los recuerdos son eso, recuerdos.

Unos perpetuamente imborrables y otras diapositivas que con el paso de los años vamos olvidando o se van perdiendo a cada paso.

Posiblemente alguien un día nos desbarate por completo y se nos quede clavado en algún lugar que no tendremos acceso para quitarnos ese puñal afilado.

Muchas veces he pensado como seria vivir sin pensarte, pero creo que en realidad no quiero.

Aun conociendo seres maravillosos me sigues acompañando inconscientemente.

Y la verdad es que no es malo, y me he vuelto a enamorar de otra sonrisa, pero la tuya se presenta de vez en cuando para recordarme lo feliz que me hiciste.

Ahora lo soy, con mi nueva alegría abordándome cada mañana, pero por eso no tengo que olvidar lo que un día sucedió y lo que tantas sonrisas me regalo.

Tengo un regalo para ti: Mi vida. 

domingo, 11 de septiembre de 2016

PÓLVORA EN LA MIRADA

Le dije que no quería volver a saber nada de él.

Mentí. Mirándole a los ojos, mentí.

 Le dije que durante su ausencia no le había echado de menos. Mentí.

 Que ha habido otros detrás de él.

Que las noches ahora vuelven a ser cálidas. Cuantas mentiras.

Le dije que no había sabido hacerme feliz, que fue un capricho entre tantos.

Mentí al decirle que yo nunca me enamoro, que lo mío con su risa había sido un pasatiempo.

Que nunca había sentido celos al verle acercarse a otra, que me era indiferente con quién compartiera almohada.

Él agachó la vista y yo le seguí mintiendo.

Mentí porque hay mentiras que son barcos en mitad del mar, porque hay verdades que ahogan. No fue por orgullo, lo juro.

 Mucho menos por despecho. Fue por supervivencia.

Mentí por no admitirle que si volvía a besarme terminaría de romperme.

Mentí por no reconocer que los míos ya le odian y a mí no me quedan argumentos para defenderle.

Porque si no le mentía tenía que asumir que desaparecer de su vida fue un último intento de salvación.

Que no soporto imaginar que mira a otras con los mismos ojos que me mira a mí y que me aterra recordar lo indefenso que le sentía en mis brazos.

Le mentí porque hablarle de mis ansias por buscarle era igual que abandonar las armas y entregarse al enemigo.

Que quise correr y hablarle de amor pero no lo hice por miedo a que no comprendiera mis palabras.

Y que por eso le escribo lo que nunca le voy a dejar leer mientras a la cara le miento.

Porque ya sé que lo que mal empieza, mal acaba.

Porque esta vez tenía que proteger mi suerte.

Mentí porque él no dudó en hacerlo, porque yo le hablé de felicidad y él prefirió no creerme.

Que no era importante para mí, eso le dije y no me tembló la voz.

Porque preferí mentir una vez a vivir con incertidumbre toda la vida.

Mentí porque no podia seguir quemándome en el infierno de las dudas, porque nadie debe luchar para que le quieran.

Elegí que se fuera porque nunca se quedaba del todo.

Y es que sus decisiones son tan absurdas como mis mentiras, y he preferido darle verdaderos motivos para desconfiar de mi, así no tiene que inventárselos.

Mentí para ponerle fácil la huida, para que en sus noches no volviera a soñar con besos de gnomo, ni con abrazos valientes.

Para que se confirme su estúpido pensamiento de que las cosas tan buenas no pueden ser ciertas.

Para que crea que no existo, que fui un espejismo. 

Para que se vaya él, por si acaso yo no consigo abandonar.


Y maldita sea su desobediencia, que fue la primera vez que tuvo claro que quería quedarse y luchar.

domingo, 4 de septiembre de 2016

CARÁCTER

Sé que a veces no debería ser como soy, soy una niña caprichosa, con muy mala hostia, enfadica, no se perder lo quiero todo en el momento, no soy paciente, y sé que no lo seré nunca.

Me molesta mucho cuando no tengo lo que quiero sabiendo que puedo tenerlo en un minuto.

Me gusta cuidar lo que tengo, salvo cuando no me hacen daño, o qué coño, cuando me hacen daño lo cuido más.

Soy algo destructiva de mi misma, lo admito, tengo más fe en la gente que conozco que en Dios.

Aunque me hayan dado palos, siempre pienso que pueden cambiar.

Quiero a mi gente como a nadie, me atrevería a  decir que más de una vez he mirado más por ellos que por mí misma. 

Soy así de egoísta, quiero que ellos estén bien antes que yo.

Me cuesta centrarme en las cosas, pero no me gusta que estén desordenadas.

Necesito controlar la situación pero mientras se me dejar ir.

Incluso puedo controlar mis sentimientos, hasta que me los alborotan, me enloquece no saber qué es lo que me pasa, me pone de los nervios ver que las cosas que quiero se me van de las manos e intento aferrarme a ello hasta que vuelva a mí.

A veces dejo ir cosas que son importantes por no mirar bien lo que no me conviene.
Soy bipolar, pero no como dice la gente que es, yo si lo soy, pero porque debo de tener un trastorno mental que no me dan subvención…Un día de estos preguntare.

Cambio de opinión siempre que puedo y casi nunca me aclaro, o sí.

Solo se vivir el momento, me encanta pero me pone histérica.

Odio que me digan que tengo que hacer y en qué momento, odio que me digan lo que es correcto y no.

Acepto todo tipo de consejos y se dar muchos pero nunca pongo nada en práctica.

A veces se me va el ego por las nubes y otras soy demasiado humilde.

Adoro que me traten bien pero yo no sé cuándo lo hago bien o mal, me siento ridícula cuando tratamos el tema del amor, es como que me entra una incomodidad como cuando se te mueve la compresa y suena el pegamento, igual.

A veces, la mayoría o casi siempre, pienso que las caricias y los afectos de cariño no están hechos para mí, y cuando los hago, me siento extraña porque es una de esas situaciones que no se controlar y no sé qué hacer.


Y como he dicho, lo odio.