Yo exijo.
Exijo sentir cosas todos los días.
Buenas, malas y
regulares.
Todas y cada una de ellas.
Me da igual.
Miedo, asco, rabia, ira, sorpresa, alegría y
tristeza.
Porque un día sin emociones es un día perdido.
Y porque ahí donde la emoción manda, es donde
siempre ocurren las cosas, es donde yo exijo estar.