domingo, 21 de febrero de 2016

NADA ES PARA SIEMPRE

Mi siempre se convirtió en tu nada antes que nuestro todo fuese incorrectamente eterno.

El problema es que ahora el “quiero más” y “por qué no pudo ser” van más allá de un abril contigo entre las sabanas.

El te quiero sin bragas en mi casa o el 24h no son suficientes, se quedaron en tu sillón con mis sueños y mis ganas.

El “pensara en mí” y el “se acordara de…” son un infinito sin bucle mientras que el “estará en línea” o el “llámame mañana” son un para siempre de mentira.


En definitiva, nada es para siempre.