domingo, 10 de enero de 2016

SIN PRETENSIONES

Que siempre dejo mi casa pensando que esa noche no dormiré ahí.

Reconociendo que la invitación no es la copa, sino jugar un rato a ser animales.

Sin pretensiones, ni complicaciones, sin que me hagan el desayuno y que me lo traigan para que se enfrié a la cama.


Debería ser más valiente y admitir que todavía juego a ver quién me quiere esta noche, a sabiendas de que no habrá forma de que vuelvas a ser tú.