lunes, 10 de febrero de 2014

Hace tiempo que no le busco razones a la tristeza.

Me enamore de ti de la misma forma que ocurren las cosas que no tienen mucho sentido. 

A lo mejor detrás de toda esa necesidad de estar contigo estaba la soledad, y aquel frío que congelaba y lo que quemaba todo, al mismo tiempo.

Yo no supe encontrarle mas explicación que esa cuesta en la que se había convertido mi vida en los últimos meses.

Y caía rodando, y tu estabas al final de la calle, con esa sonrisa de casualidad predestinada a convertirse en la Estrella Polar que guiase mis viajes hasta tu cama.

Nunca he creído en la magia, pero de repente me tenias intentando detener el tiempo cada vez que estábamos juntos y lo mucho se volvía demasiado escaso.

"No te calles, sigue hablando" recuerdo que te decía.

Yo me quedaba sin palabras, espiando los movimientos de tu boca cada vez que se abría y sonaba como música.

Sabia donde me estaba perdiendo, lo que ignoraba era hasta que punto deseaba no volver a encontrar la salida.

No me abrazabas pero yo me inventaba rodeada por tus brazos.

No probé tus labios pero intuía que todos los demás sabores no estaría a la altura de aquello.

Podría idealizarte menos y aprender mas de mis cicatrices. 

Podría.

Pero no sabia jugar de esa forma...

Yo era la mosca que se había quedado atrapada en la telaraña por decisión propia.

El Síndrome de Estocolmo tendría la culpa.

Aunque nada de eso me importaba.

Yo nunca he querido sobrevivir, ¿sabes? Siempre he caminado por la ciudad esperando enamorarme de algún desconocido, con eso te lo digo todo.

Hace tiempo que no le busco razones a la tristeza, solo pretextos que justifiquen por qué no se termina marchando.

Pero siempre concluyo que soy yo y mi manía de atarme de pies y manos y lanzarme al río, con la esperanza de que alguien me salve.

Pero nunca llega nadie, y ya he tragado mucha agua.

Habré muerto varias veces entre portazos y distancia.

Entre silencios que devolvía el eco de tus ultimas palabras y madrugadas que se alargaban hasta donde terminan los recuerdos.

No sé, cariño. Sé que puedo hacerlo bien y no obsesionarme con la nada.

Se que puedo terminar las historias antes de empezarlas. 

Pero, la cuestión es si quiero hacerlo, y creo que ya sabes la respuesta.

Solo tienes que mirar lo tristes que se han vuelto mis ojos en el ultimo año...