domingo, 6 de marzo de 2016

DECISIONES

Estoy aprendiendo a tomar decisiones relativamente maduras sobre mis relaciones afectivas.

Debemos ser conscientes de que el modelo idílico de relación amorosa es una utopía inalcanzable, y aunque fuese alcanzable, no tiene por qué ser lo deseado.

Lo que le viene bien a una pareja, no tiene por qué ser lo que me guste para la mía.

También me he dado cuenta de que debo reflexionar más sobre mis actos y las consecuencias que pueden tener sobre mi círculo cerrado.

No vale ya con decir “no me apetece hablar/quedar”, “estoy triste, déjame”.

Debemos cuidar nuestra relación con los demás, ya sea amistad, paternal o amorosa.

Una planta no crece si la metes dentro de un armario y esperas a que comprenda que meterla en el armario “es tu decisión”.

Es imposible costearse una relación sino estas dispuesto a pensar que no eres el único que siente, que existe otra persona en su casa que siente la necesidad de comunicarse contigo.

Preguntémosles a los demás como se sienten y en que piensan en este momento de sus vidas y a qué dirección quieren caminar.

También vuelvo a adquirir conciencia sobre el bienestar físico y la necesidad de dejar al cuerpo descansar en el ámbito alimenticio.

Creo que es muy importante dedicarse a uno mismo dos horas al día, darse cariño y hacerte lo que consigue que puedas continuar tu día.

Si te gusta tener las uñas perfectas, hazte la manicura siempre que puedas.

Si ir a correr te hace reencontrarte contigo mismo, ponte las zapatillas en este mismo momento y deja de ponerte tanta excusa, que eso no viste a nadie.

No tenemos tanta prisa.

No está mal preocuparse por lo que te remueve el alma.

Me gustan las cicatrices, los pelos, las venas, las estrías y la inteligencia emocional.


Y también que cada vez que nos vemos, dejes señales de tu paso por mí.