Soy de esas personas que cuando están tristes se
ponen música deprimente para estarlo aún más, de esas que beben en pajita, y
para colmo, las muerde.
De esas que se buscan y no se encuentran.
De esas que gritan más que susurran, más que nada porque
no saben.
De esas que prefiere los colores fríos a los
cálidos.
De ideas fijas, de ojos tristes y de miranda
profunda.
De las que duermen sin calcetines y se levantan con
los pies helados.
De las que cuando fuman se preguntan por qué o quién
se consumirá antes, si el cigarro, o ella misma.
De las que disfrutan de la soledad.
De las que prefieren salvar al gato antes de que la
curiosidad lo mate.
De las que adoran los baños de espuma y no pueden
meterse en la bañera.
De las que su habitación es como su cabeza, un
auténtico caos.
De las que se muerden la lengua para no hablarles a
todos de ti.
De las que cuando se van, siempre vuelven.
Y podría seguir y añadir más cosas, pues yo soy de
esas personas que piensan que cada día que pasa, uno se conoce más a sí mismo.
