Que nos sumen y nos multipliquen.
Engordemos las sonrisas y los abrazos y hagámonos
grandes siendo felices regando flores en jardines ajenos, pintando espaldas con
forma de vida con paces interiores, con gritos que griten por nosotros, que nos
pongan la puta piel de gallina.
Crezcamos como personas hacia arriba, y nunca
dejemos de hacerlo que es lo único que cuenta.
Irse a un bosque y perderse pero nunca de uno mismo.
Y si eso pasa, reencontrarse más sabios, más felices
y más conscientes.
Disfrutar con un mecer de unas hojas con una lluvia,
sin esconderse.
Sal. Empápate el alma y atrévete a decir que algo te
toco dentro.
