Felicidad ¡Que bonito nombre!

Si tu eres feliz, yo soy feliz viendo tu sonrisa.
Cuando te siento presente, me explico las ganas de vivir que poseo.
Me dan igual las malas lenguas de los demás, mi conciencia esta muy tranquila porque yo no juzgo como muchos hacen conmigo.
Gracias, mil gracias por tu felicidad. Ansió verte y pronto lo haré. Nos veremos y en ese instante sera como si se parara el mundo. Nuestro mundo. Gracias por todo lo que ha pasado y todo lo que harás por mi.

CARTA SIN NOMBRE

No se como explicar lo que siento, pero siento algo muy fuerte que me aferra a ti.
Aunque no estemos al lado, te echo de menos cuando te alejas aun mas y siento la necesidad de recordarte a cada rato. Recordar los "pocos" minutos de tu vida que han sido específicamente para mi.
El tiempo en el que hemos compartido espacio y hemos respirado del mismo aire es la mejor medicina que me pueden suministrar para curar mis males; los males del alma que son mil veces peores que los físicos.
Te he escrito muchas "cartas" como esta pero ninguna ha llegado a tus manos, por culpa de mi cobardía. Ni han llegado ni pretendo que lo hagan, aunque, a veces, no por falta de ganas, sino por falta de coraje.
El coraje que, gracias a tus muchas palabras de animo, utilizo para afrontar lo duro e injusto que, a veces, puede llegar a ser el día a día.
Gracias por entrar como una flecha ardiendo en mi corazón y por darme la oportunidad, quizás sin darte cuenta, de dejarme a mi entrar en el tuyo.
Eres un pilar fundamental en mi vida y lo digo muy alto y, A PESAR DE TODO,orgullosisima de que lo seas, me da igual lo que puedan llegar a pensar de mi, este "amor" es así y así lo vivo...
Te he querido, te quiero y te querré siempre porque yo te siento siempre cerca y estaré a tu lado y hasta que me lleve el viento.

Va por ti, Flaco! :)

Un frio 12 de Febrero de 1949, Ubeda, un pueblo de Jaén, tuvo la suerte de poder dar a luz a lo que años después se convertiría en la razón de ser de muchisima gente en todo el mundo, Joaquín Ramón Martinez Sabina, mas conocido como Joaquín Sabina.
A los 14 años, ya escribías versos y a los 16 formaste una banda y eras capaz de versionar al mismísimo Elvis...
En 1978, empiezas tu carrera musical con tu primer disco "Inventario" y un año después, el fallecido Antonio Flores versiona contigo "Pongamos que hablo de Madrid", una de las canciones mas bonitas que he tenido la suerte de escuchar.
Nunca te he escuchado en directo, pero desde muy pequeña me cautivo tu voz ronca ahogada por el alcohol y el tabaco...Si pudiera pedirle algo imposible a la vida, le pediría que nunca te fueras, que fueras eterno en este mundo, pero como es algo que no se puede hacer, los que te queremos damos las gracias a la vida por darnos la oportunidad de escucharte, de sentir tus letras, de sentirnos identificados con cada uno de tus versos...
Eres el mas grande y lo seguirás siendo muchos 19 días y muchas 500 noches mas...
Gracias por existir, Don Joaquín Sabina.