Creemos que hemos visto el amanecer más bonito.
Creemos que hemos visto los ojos más sinceros.
Pensamos en ese día como el mejor, el único.
Pero de repente te levantas en otra cama y aquel
amanecer que observaste queda completamente eclipsado por una mirada mucho más
sincera que la que tu pensabas que lo era.
Entonces es cuando te das cuenta de que la vida
continua, y que las pérdidas son necesarias para descubrir nuevos paisajes.
Los recuerdos son eso, recuerdos.
Unos perpetuamente imborrables y otras diapositivas
que con el paso de los años vamos olvidando o se van perdiendo a cada paso.
Posiblemente alguien un día nos desbarate por
completo y se nos quede clavado en algún lugar que no tendremos acceso para
quitarnos ese puñal afilado.
Muchas veces he pensado como seria vivir sin
pensarte, pero creo que en realidad no quiero.
Aun conociendo seres maravillosos me sigues
acompañando inconscientemente.
Y la verdad es que no es malo, y me he vuelto a
enamorar de otra sonrisa, pero la tuya se presenta de vez en cuando para
recordarme lo feliz que me hiciste.
Ahora lo soy, con mi nueva alegría abordándome cada
mañana, pero por eso no tengo que olvidar lo que un día sucedió y lo que tantas
sonrisas me regalo.
Tengo un regalo para ti: Mi vida.