domingo, 4 de septiembre de 2016

CARÁCTER

Sé que a veces no debería ser como soy, soy una niña caprichosa, con muy mala hostia, enfadica, no se perder lo quiero todo en el momento, no soy paciente, y sé que no lo seré nunca.

Me molesta mucho cuando no tengo lo que quiero sabiendo que puedo tenerlo en un minuto.

Me gusta cuidar lo que tengo, salvo cuando no me hacen daño, o qué coño, cuando me hacen daño lo cuido más.

Soy algo destructiva de mi misma, lo admito, tengo más fe en la gente que conozco que en Dios.

Aunque me hayan dado palos, siempre pienso que pueden cambiar.

Quiero a mi gente como a nadie, me atrevería a  decir que más de una vez he mirado más por ellos que por mí misma. 

Soy así de egoísta, quiero que ellos estén bien antes que yo.

Me cuesta centrarme en las cosas, pero no me gusta que estén desordenadas.

Necesito controlar la situación pero mientras se me dejar ir.

Incluso puedo controlar mis sentimientos, hasta que me los alborotan, me enloquece no saber qué es lo que me pasa, me pone de los nervios ver que las cosas que quiero se me van de las manos e intento aferrarme a ello hasta que vuelva a mí.

A veces dejo ir cosas que son importantes por no mirar bien lo que no me conviene.
Soy bipolar, pero no como dice la gente que es, yo si lo soy, pero porque debo de tener un trastorno mental que no me dan subvención…Un día de estos preguntare.

Cambio de opinión siempre que puedo y casi nunca me aclaro, o sí.

Solo se vivir el momento, me encanta pero me pone histérica.

Odio que me digan que tengo que hacer y en qué momento, odio que me digan lo que es correcto y no.

Acepto todo tipo de consejos y se dar muchos pero nunca pongo nada en práctica.

A veces se me va el ego por las nubes y otras soy demasiado humilde.

Adoro que me traten bien pero yo no sé cuándo lo hago bien o mal, me siento ridícula cuando tratamos el tema del amor, es como que me entra una incomodidad como cuando se te mueve la compresa y suena el pegamento, igual.

A veces, la mayoría o casi siempre, pienso que las caricias y los afectos de cariño no están hechos para mí, y cuando los hago, me siento extraña porque es una de esas situaciones que no se controlar y no sé qué hacer.


Y como he dicho, lo odio.

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