Nos deseabamos hasta mordernos la lengua.
¿Por qué siempre
queremos lo que no tenemos?
Por qué quisimos volar cerca de nuestras manos, y agarrarnos
en un abrazo que durase lo que los relojes no pudiesen indicar.
Descendimos
precipitadamente hasta el suelo, y la colision nos derrumbo completamente.
He sobrevivido a base de pensar que quizá pueda volver a
intentarlo.
Otro dia.
Cualquier otra noche.
Intentar encontrarte en los
silencios, en las cuatro paredes de mi habitación que se expanden, como el universo, y parecen no
terminar nunca.
Me quedo sin aire cuando grito que vuelvas, porque nunca
vuelves.
Porque nunca llegas.
¿Te subiste al tren indicado o indicaste la distancia
equivocada?
Me sé de memoria los kilómetros.
El daño.
Reconozco de lejos las heridas.
Soy famosa en la
ausencia que deja no estar ni siquiera conmigo.
Firmo autógrafos: Las
cicatrices.
El aliento me huele demasiado a cerveza de madrugada.
A
desesperación contenida por si desatarla provoca líneas en blanco.
Quise
cambiar la historia, retroceder en el tiempo y ceder delante de tu cama,
exhausta.
Te llamaba Octubre porque eras frio y parecias finalizarlo
todo.
Me miro a los ojos y te reflejas en ellos.
En ese brillo.
¿No ves que tú
eres mas yo que yo misma?
Que eres tu todo mi vacio.
Lo has rellenado, y solo espero que vengas a hacerme
justicia.
A tener un accidente conmigo.
Contra mi.
No te preocupes por el
exceso de velocidad.
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