La vida hay que
disfrutarla como si fueras un niño.
Sin que importe lo que
digan los demás.
Poniendo cara de pilla
cuando te encuentran liándola.
Sonriéndole a los
problemas como si no tuvieran importancia.
Unos vienen y otros se
van, es un ciclo sin final en el que poco puedes hacer más que sonreír.
Si te caes, te levantas
y si te tiran, te levantas también.
Como los niños,
gimoteas un poco hasta que ves un juguete nuevo y vuelta a sonreír.
Es
curiosísimo como los niños son capaces de encontrar un juguete especial en
cualquier parte, en cualquier situación.
Y así quiero ser yo,
porque la vida solo se vive una vez y los recuerdos del hoy son la base del
mañana, así que basta de los “no tienes edad para…” y bienvenido sea el “quiero
chapotear en el agua”.
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